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Siéntese con sus hijos por separado para evaluar su situación financiera, acérquese a ellos, y aconséjeles cómo salir adelante.
Por Javier Angulo
Esta situación puede incluir casos donde los hijos y las hijas que aún viven con sus padres, gastan el dinero en fiestas excesivas, compras impulsivas, apostando, en vicios, en restaurantes y no ahorran. Hijos e hijas que usan desproporcionada e irresponsablemente la tarjeta de crédito que tienen (o que sus padres les dieron). O bien, hijos o hijas que trabajan por primera vez y no han planificado cómo van a distribuir el dinero que ganen y cómo van a ejercer su “relativa independencia” financiera.
Hay tres grupos de reacciones de madres en relación a las finanzas de ellos y ellas.
-Madres sobreprotectoras: El primer grupo lo componen aquellas madres que sufren al ver a sus hijos en dificultades financieras, en deudas, sin trabajo o con embargos, y tratan de ayudarlos pero no saben cómo.
Riesgos:
*Descuidan otros hijos e hijas por sobre enfocarse en la hija o hijo con problemas financieros.
*Sentimiento de Culpabilidad: Echarse la culpa de lo que viven sus ellos.
*Ser manipuladas: Por sobreprotegerlos cancelan sus deudas o le dan más dinero de sus ahorros, o hipotecan sus bienes para “sacar de un problema” a sus hijos.
*Ocultarle a su esposo la situación financiera de su hijo o hija por temor a su reacción, convirtiéndolo en un “secreto familiar” lo cual da más poder al hijo sobre la mamá.
-Madres desinformadas (despistadas): El segundo grupo lo conforman las madres que no saben “nada” de los que pasa en las finanzas de sus hijo(a)s, especialmente cuando son adultos.
Riesgos:
*Desconocer áreas en que sus hijos ocupen algún apoyo como mal utilizar o excederse en el uso de la tarjeta de crédito.
*Que su hija tome malas decisiones para salir del problema.
*Aislamiento o alejamiento de la familia del hijo por su problema financiero.
*Comprometer financieramente a sus hijas más allá de su capacidad por desconocer su condición.
*Hijos que le mienten a la madre y el padre sobre su situación financiera.
*Pueden ser objeto de estafa de sus propios hijos e hijas.
-Madres despreocupadas: El tercer grupo está compuesto por madres que saben los problemas financieros de sus hijos pero no se meten en esos asuntos: “Qué ellos se las arreglen”.
Riesgos:
*Distanciamiento de sus hijo(a)s por “No estar cerca” en un momento de crisis.
*Arriesgarse a que su hijo(a) tome decisiones equivocadas.
*Reaccionar con palabras de descalificación o desánimo.
*Cuando quieren ayudar puede ser un poco tarde.
¿Cómo debemos actuar?
Debemos actuar como padres y madres responsables y equilibradas.
Madres firmes y equilibradas: Están cerca de sus hijo(a)s, para apoyarles, ganándose su corazón y confianza. Lo cual les permite:
*Mostrar interés en apoyarles si así sus hijo(a)s lo desean sobre cómo organizar su dinero.
*No asuma la responsabilidad que su hijo debe asumir, sea firme.
*Capacitarse juntos.
*Si reciben mesada deben ahorrar un 10% mínimo. Ponga límites.
*Si ya trabajan deben aportar una cuota para los gastos del hogar, acordada en conjunto.
*Si se les ha dado tarjeta de Crédito o débito, deben sentarse con ellos a revisar el estado de cuenta y que ellos lleven control de los comprobantes sin sobrepasar el límite definido.
*Orientarles sobre dónde o con quién buscar ayuda.
*Conversar con el padre para juntos aconsejarle sobre qué hacer.
*Hacerles ver el impacto de sus decisiones (Positivo o negativo).
*Ayudarles a rescatar los aprendizajes.
*Ayudar al hijo(a) que tenga un proyecto de vida sobre cómo invertir o aprovechar su dinero para lograr sus metas.
NOTA: Eso no implica que las madres van a andar siempre revisando en detalle o volverse obsesivas en controlar a sus hijos. Deben darles margen de independencia para que se vayan acostumbrando a administrar.
Reto:
Siéntese con sus hijos por separado para evaluar su situación financiera, acérquese a ellos, y aconséjeles cómo salir adelante.
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